miércoles, 13 de enero de 2010

Pornografía y salud psíquica de los jóvenes

Que la pornografía campa a sus anchas no es una noticia que, a estas alturas, nos pueda sorprender.


Tanto en su versión mas subliminal (publicidad) como en su versión mas grotesca (correos basura, anuncios de contactos, chats y paginas web...), todos sin excepción nos vemos sometidos a su influencia. Soportar y superar las pulsiones que nos provoca es tarea que requiere madurez.


¿Están preparados nuestros jóvenes para asimilar el impacto de la pornografía en sus inconclusas personalidades?, ¿Estamos concienciados los padres de los efectos que sobre la afectividad de nuestros hijos tiene la exposición temprana a la pornografía?, ¿Toleran nuestras administraciones este tipo de violencia sexista indiscriminada omitiendo legislar específicamente sobre el tema?. Estas son preguntas para nuestra reflexión. Preguntas que hemos de saber responder con prontitud ya que el tiempo apremia.


Nuestros jóvenes están recibiendo a través de la pornografía un mensaje equivocado y nocivo no solo para ellos sino, a la postre, para el conjunto de la sociedad, a saber: Que en nuestras relaciones con los demás el "otro" no es una persona sino una "cosa" que instrumentalizo y utilizo para satisfacer MIS IMPULSOS. Creciendo así estos jóvenes verán disminuida su capacidad de "intimar" (o si se quiere: AMAR) al prójimo. Serán incapaces de vislumbrar la extensión de la palabra "compromiso", estarán imposibilitados para superar con éxito los sacrificios que conlleva fundar y desarrollar una familia abandonando el proyecto a primeras de cambio.


Pequeñas tragedias personales que se suman para confluir en la gran tragedia de una sociedad que se fragmenta, a pasos agigantados, hasta el reducto final del individualismo; es el egoísmo del "yo" donde será muy difícil que puedan caber "los otros": una pareja a la que se ame y unos hijos por los que se viva.


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